Compartimos el artículo de nuestro pastor Rodolfo Olivera Obermöller publicado por el diario chileno-alemán CÓNDOR:

 

“En nuestro contexto eclesial es imposible separar a la Iglesia Luterana de la Tradición Alemana. La Iglesia Evangélica (EKD, como se conoce en Alemania) ciertamente ha marcado una imborrable influencia en nuestras Comunidades de la Iglesia Luterana en Chile. Pero luego de más de 150 años de Iglesia Luterana en nuestro país, nos preguntamos ¿qué queda de la tradición alemana y qué queda de nuestra identidad luterana (protestante) en nuestras iglesias?

Toda búsqueda de identidad debe partir con preguntarnos sobre nuestra historia y sucesos que configuran nuestra forma de ser. Ciertamente somos una «iglesia alemana», pero ¿en qué se demuestra esto? Pues en que hablamos alemán… La gran pregunta es si eso es suficiente. ¿Queda algo en Chile (o en Alemania) de los valores evangélicos de la libertad, la vocación, la ética protestante, el espíritu crítico? Una de las grandes críticas a nuestra cultura chileno-alemana es que usualmente se cree que lo alemán tiene que ver más que nada con el idioma. Incluso a veces pareciera que muchos se preocupan más por el idioma que por el contenido de lo que se predica. Ojalá pusiéramos el mismo ímpetu en la renovación y proyección de la ética alemana protestante, de la responsabilidad social alemana protestante y en el pensamiento crítico alemán protestante. Si bien el idioma une a las personas, también los hace construir ghettos cerrados y levantar altas paredes para no «mezclarse» con los «de la tierra». Queda mucho por trabajar para que nuestra cultura chileno-alemana-protestante no sea sólo una cuestión de idioma, sino más bien una cultura influyente, progresista, espiritual y crítica, que colabore en los desarrollos sociales y políticos, y en la búsqueda constante de justicia y equidad en nuestro querido país.

Para ello, necesitamos reflexionar más sobre nuestra fe a la luz de las necesidades de nuestro mundo y sociedad. Proyectarnos en lo Social: como espacio de comunión entre hermanos y hermanas. Enfatizando en nuestra responsabilidad como cristianos de ayudar a los excluidos de nuestra sociedad y los necesitados. Proyectarnos en lo civil: como el respeto del orden establecido para el bien común. Buscando ser ejemplos de buena convivencia, respetando a las autoridades y luchando por leyes y políticas más justas y dignas. Proyectarnos en lo espíritual: como administradores del espacio de cercanía con Dios y fortalecimiento cristiano de la fe. Renovando los espacios del culto y la espiritualidad en comunidad, hacia el encuentro con lo trascendente y la experiencia de paz. Y proyectarnos en lo global y ecológico: en la consciencia que debemos tener hacia el cuidado y sustentabilidad de nuestro mundo y todo lo que hay en él, mediante prácticas de reciclaje y discusión teológica-científica.

Debemos consolidar nuestra Identidad como cristianos, chileno-alemanes, protestantes, en el siglo XXI hacia la búsqueda del valor de una nueva libertad cristiana, entendida como nuestra libertad de comprometernos a servir a Dios y servir a nuestros prójimos con responsabilidad”.

Rodolfo Olivera Obermöller
Pastor
Iglesia Luterana en Valparaíso