Las Iglesias Luteranas
Martín Lutero y los reformadores protestantes del siglo XVI jamás quisieron “crear” otra iglesia, sino reformar la misma Iglesia Católica de la época, haciéndola volver a la espiritualidad original y a la sana doctrina. Como eso no fue posible, presentaron sus diferencias y finalmente se fue forjando una renovada forma de vivir la fe sin alejarse de la tradición ni de las doctrinas esenciales de la Iglesia de Cristo, modificando sólo aquello que no estuviera acorde al Evangelio y a las prácticas del amor cristiano. De aquí que la Iglesia Luterana y su forma de adoración litúrgica (cultos o misas) reconoce los Concilios y Credos Ecuménicos antiguos y la tradición de la Iglesia hasta la época de la Reforma, pero resaltando todo aquello que nos ayuda a vivir nuestra fe en libertad, y no siguiendo obligaciones ni leyes humanas. Nuestro culto o misa sigue los mismos cánones de la iglesia histórica y en cada celebración nos unimos espiritualmente a toda la Iglesia Cristiana en el mundo.
¿Cómo es la Iglesia Luterana en el mundo?
Como iniciadores del Protestantismo, los cristianos luteranos creemos en una iglesia “horizontal”, es decir, sin grandes autoridades humanas, sin mucha pompa ni organizaciones piramidales de poder. Con esto se deduce que los luteranos no tenemos una “curia” o un “papa” que nos ordene o que nos dicte qué pensar sobre una determinada situación, sino que cada iglesia luterana a nivel nacional o regional se maneja de manera independiente de acuerdo a la cultura y realidad en la cual está inmersa. Así se fueron formando las iglesias durante las Reformas del siglo XVI, primero dentro de los principados, y luego como iglesias nacionales, hasta el día de hoy. Como un ejemplo de esto tenemos a Suecia, que es un país en donde el rey es luterano y la iglesia oficial es la luterana. Así sucede también en otros países nórdicos. En Alemania la iglesia luterana es parte de la iglesia nacional Evangelische Kirche in Deutschland (EKD – Iglesia Evangélica en Alemania), en la cual se han unido luteranos y reformados (o calvinistas) para formar una sola iglesia unida y evangélica (tradicional o protestante). Lo mismo ha sucedido en Holanda y en otros países. Hay iglesias luteranas en casi todos los países del mundo, dando vida a la iglesia cristiana más numerosa luego del catolicismo romano.
La Federación Luterana Mundial (FLM)
Todas estas iglesias luteranas esparcidas alrededor del mundo forman una comunión de iglesias llamada Federación Luterana Mundial (FLM). Esta comunión de iglesias, tal como lo dice su nombre, no es una entidad de ordenanza legal, sino una comunión (común-unión) de las iglesias luteranas del mundo. Con sede en Ginebra, Suiza, la FLM intenta dar las recomendaciones teológicas necesarias para el mundo en que vivimos y organiza incontables ayudas a las iglesias luteranas en general, especialmente a las de Sudamérica y África. A través de comunicados y estudios teológicos, becas de estudio, financiamiento para construcción de iglesias, y la oración, la FLM nutre a las iglesias luteranas y las estimula a mantenerse al día con los acontecimientos de nuestro mundo y ayudando al crecimiento sustentable de las iglesias pequeñas hasta lograr su auto-suficiencia. Temas como el VIH-SIDA, estudios de género y sexualidad, la deuda externa, la superación de la pobreza, la dignidad de los pueblos originarios y la sustentabilidad, dan a las iglesias apoyo y directrices para poder actuar de manera más activa y cristiana en el mundo de hoy. Por supuesto que la FLM no “obliga” a nadie a trabajar estos temas, reconociendo siempre la libertad de cada iglesia, pero sí recomienda su discusión y colabora abiertamente para su difusión. Junto a la FLM hay otras organizaciones alrededor del mundo que colaboran con fondos y otras ayudas para las iglesias luteranas.
El número total de miembros en las iglesias pertenecientes a la FLM ha ido en aumento, superando los 70 millones. Se registró un aumento en África, Asia y Europa, mientras que en las iglesias miembro de la FLM en América Latina y el Caribe así como en América del Norte se mantienen actualmente con un crecimiento más lento. Las iglesias luteranas cuentan con aproximadamente 75 millones de miembros a nivel mundial. Para leer en detalle la Estadística de las Iglesias miembro de la FLM (2009) sigue el link.
Las Iglesias Luteranas en América
La iglesia luterana más numerosa, y una de las más importantes a nivel mundial, es la iglesia de Estados Unidos llamada Evangelical Lutheran Church in America (ELCA), que es una unión de muchas iglesias étnicas que fueron llegando a las costas orientales de EE.UU durante el siglo XVIII y XIX. Otra iglesia muy importante es la canadiense, llamada Evangelical Lutheran Church in Canada (ELCIC).
En Sudamérica, por ejemplo, las iglesias luteranas también son nacionales. La más numerosa está en Brasil y se llama Igreja Evangélica de Confissão Luterana no Brasil (IECLB). Está formada en gran parte por luteranos alemanes que habitan mayoritariamente el sur del país. Tenemos también en Argentina y Uruguay a la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU), que es la unión de las distintas iglesias luteranas étnicas que se instalaron junto con las colonias alemanas, suecas, estonianas, húngaras, letones y daneses, que se suman a la iglesia luterana forjada por misioneros desde Estados Unidos. La Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) en Argentina, Paraguay y Uruguay es una iglesia mucho más grande y al igual que en Alemania, la IERP reúne tanto a luteranos como reformados. ¿Porqué hay dos iglesias luteranas en Argentina? Pues simplemente porque provienen de distintos orígenes. La IERP se origina, al igual que nuestra ILCH (Iglesia Luterana en Chile), con la inmigración de protestantes alemanes a los puertos del Río de la Plata y que luego se extienden hacia los interiores de Argentina, Paraguay y Uruguay.
En nuestro caso, los alemanes llegan con su fe a los puertos de Valparaíso, Valdivia y Puerto Montt. La IERP, al igual que la EKD alemana, es una iglesia unida entre luteranos y reformados. Por otro lado, la IELU nace del arduo trabajo de los misioneros luteranos norteamericanos en Argentina y Uruguay. Además, la IELU es una comunión de distintas iglesias luteranas étnicas (nacionales) que se fueron formando independientemente en Argentina, como lo son la iglesia sueca, estoniana, húngara, danesa, etc., y que ahora conforman todas juntas una única comunión luterana para servir a Dios y predicar su Palabra.
La Iglesia Luterana está presente también en el resto de los países de América como Bolivia, Perú, Venezuela, Colombia, Puerto Rico, México, etc.
Las Iglesias Luteranas en Chile: IELCH e ILCH
En Chile encontramos dos iglesias luteranas que son parte de la FLM: la Iglesia Evangélica Luterana en Chile (IELCH) y la Iglesia Luterana en Chile (ILCH). En el caso chileno, las comunidades luteranas se originan de la inmigración de alemanes protestantes a nuestros puertos de Valparaíso, Valdivia y Puerto Montt. Luego se van extendiendo hacia el interior levantándose comunidades en Osorno, Lago Llanquihue, Santiago, Temuco, Concepción, etc. A medidos del siglo XX, se forma la Iglesia Evangélica Luterana en Chile como comunión que reúne a las iglesias luteranas de Chile. Esta unión de iglesias trabajaría hacia el fortalecimiento de las comunidades a lo largo de Chile, en comunicación directa con Alemania, la iglesia madre. La iglesia se mantendría unida hasta que por diferencias políticas y sociales durante la difícil época de la Unidad Popular e inicios de la dictadura militar, dividiría la iglesia en dos, al igual que todo el país de Chile. Aunque avergüenza decirlo, hay que aceptar que las distintas e irreconciliables visiones políticas, superan la unidad en el Espíritu, conduciendo a la definitiva separación. En este difícil contexto, se forma una nueva unión de iglesias luteranas ILCH, separada de la IELCH, pero sólo en forma y estilo, ya que ambas siguen celebrando la misma fe. Gracias a Dios, hoy en día se viven aires de tolerancia y renovación, los cuales se plasman en un lento, pero fructífero proceso de reunificación de ambas iglesias. Ciertamente es un proceso difícil, ya que se han ido forjando distintas formas de ser iglesia, con distintas idiosincrasias y culturas religiosas, pero nada de esto es impedimento para que se cumpla el mandato de Dios de estar unidos en la misma fe (y en la misma institución). Cabe destacar que ambas iglesias tienen la misma doctrina luterana y siguen caminos paralelos de trabajo, por lo cual no hay ya verdaderas razones para estar separados (salvo la intolerancia y resentimiento de algunos). Hay que rogar incesantemente para que Dios nos ilumine y nos utilice como instrumento suyo, permitiéndonos realizar esta maravillosa obra de amor al prójimo que podría coronarse con una sola Iglesia Luterana en Chile.
El símbolo de la ILCH, un escudo de Lutero con el texto que dice UNUS MAGISTER, OMNES FRATRES, es decir «Un Maestro, Todos Hermanos», quizás sea éste el mensaje que ahora debemos hacer vivo para buscar la unidad de la iglesia toda y también para forjar un futuro en la cercanía y amor de Dios, permitiéndonos una iglesia que esté en “constante reforma”.
¿Cómo funciona nuestra Iglesia Luterana en Chile?
Muchas veces nos preguntamos no sólo cómo es la Iglesia Luterana alrededor del mundo, sino también cómo es en nuestro país. En Chile encontramos dos iglesias luteranas, la Iglesia Luterana en Chile (ILCH) y la Iglesia Evangélica Luterana en Chile (IELCH). Si bien, en ambas iglesias, la doctrina luterana es la misma, con el tiempo se ven diferencias más que nada en el ámbito de la práctica social. Nuestra ILCH, que se extiende desde Valparaíso hasta Chamiza (X Región) sigue siendo una iglesia bastante étnica aún, en donde se puede visualizar fácilmente el ingrediente germano, aunque se destaca que hoy en día que la gran mayoría de los cultos en nuestras comunidades son en castellano. Esto marca una lenta, pero fructífera contextualización de nuestra iglesia para con el medio y cultura nacional y regional.
En la IELCH también hay comunidades con influencia alemana, pero muchas más que han nacido de la importante misión ejercida por ellos, en las cuales se habla solo castellano. La IELCH, que se extiende desde Coquimbo hasta Punta Arenas, presenta un pastorado bien heterogéneo con varias pastoras ejerciendo el ministerio pastoral, lo cual marca un avance y trabajo digno de admirar. De hecho la IELCH tuvo como su máxima representante pastoral a la Pastora Presidente Gloria Rojas (no tienen el cargo de “Obispo”, sino de “Pastor Presidente”, algo usual entre las iglesias luteranas en el mundo) hace un tiempo atrás. Hoy en día la ILCH reúne a 10 Comunidades mientras que la IELCH congrega a otras 14 Comunidades a lo largo de Chile.
A modo particular, nuestra ILCH ostenta una tradición luterana antigua para su organización, representada pastoralmente por el Obispo, que hoy es el pastor Siegfried Sander, el cual es elegido democráticamente por los pastores de la iglesia, y luego ratificado por el SÍNODO de toda la ILCH, que se reúne cada 2 años. El cargo de obispo dura 6 años con posibilidad de reelección. A nivel legal, nuestra iglesia se gobierna a través de un Consejo Sinodal, el cual está presidido por un presidente laico que hoy es el Sr. Jürgen Leibrandt de Santiago. La Mesa Directiva del Consejo Sinodal está compuesto por el presidente, un secretario, una tesorera y el Obispo. El Consejo Sinodal tiene al menos 3 o 4 reuniones anuales citadas en alguna Comunidad de la ILCH. A parte de la Mesa Directiva también participa un delegado de cada Comunidad (usualmente los presidentes). El pastor local en cada reunión también participa activamente del Consejo. Como se dijo, cada 2 años se realiza un SÍNODO ILCH, en donde se reunen distintos delegados y representantes de todas las Comunidades para tomar decisiones que afectan a toda la iglesia, en donde se realizan también las elecciones de los representantes del Consejo Sinodal y ratificación del Obispo. A su vez, los pastores de la ILCH se reúnen por lo menos 3 o 4 veces al año en una Conferencia Pastoral, para conversar y debatir sobre los temas pastorales y teológicos que acontezcan en cada Comunidad y en la iglesia tanto a nivel nacional como mundial. Vale destacar que el Consejo Sinodal no es un ente legislador de la iglesia sino representativo, por lo cual no posee autoridad sobre las comunidades sino sólo la labor de colaborar para su crecimiento sustentable y apoyo en todos los ámbitos pastorales y de proyectos que puedan aparecer. Esto nos hace una iglesia muy sana, con pocas instancias de poder y mucha transparancia en el servicio y adoración cristianos. De esta forma nuestra iglesia marca una presencia sensible en el entorno, destacándose por ser un lugar de gran inclusión y de trabajo desde el amor de Dios.
Tanto ILCH como IELCH se reúnen periódicamente en el CILCH, el Consejo de Iglesias Luteranas de Chile, buscando siempre el camino que nos una desde fe, la praxis y la oración.
Las iglesias del Sínodo de Missouri
Pocos saben que hay una división en la iglesia luterana. Esto es algo poco común, ya que los luteranos por nuestra forma de vivir la fe, somos poco dados a los cismas y división teológicas. Si bien nuestro país sufrió la división de la iglesia en dos instituciones paralelas, éstas siguen funcionando abiertamente y al alero de la FLM, es decir, siguen caminando juntos en la fe y con su historia en común. Pero algunos se han separado tanto teológicamente como legalmente. Éstas son las comunidades provenientes del llamado Sínodo de Missouri en EE.UU., quienes no ingresan en la ELCA al formarse ésta y realizan su propia unificación separada de la comunión luterana mundial. En chile esta se conocen como Iglesia Luterana Confesional de Chile y tienen sede únicamente en Valparaíso.
Aunque se han vivido algunos aires de acercamiento, esta iglesia aun sostiene en muchos lugares una actitud separatista hacia el luteranismo mundial, proyectándose como una iglesia conservadora en la práctica de fe y de lectura literal de la Biblia en su teología, mientras que las iglesias adheridas a la FLM, presentan una teología crítica y una lectura contextualizada de la Biblia, que dé luz a los tiempos en los cuales vivimos y nos desarrollamos como personas y como Iglesia. Quiera Dios que continuemos caminando hacia la ansiada comunión de los cristianos y luteranos en el mundo.